El investigador Atanasio Pandiella ha sido elegido por la prestigiosa Universidad de Stanford como uno de los mejores investigadores del mundo. Atanasio forma parte de la Unidad CRIS de investigación contra el cáncer de mama y ovario, desarrollando su investigación en el CIC de Salamanca, en un proyecto a tres bandas junto con el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y el Hospital Universitario de Albacete.
Atanasio Pandiella se encuentra entre los investigadores científicos con mayor impacto científico, realizada por la revista PLOS-Biology, basándose en la Universidad de Stanford. El investigador apoyado por CRIS es uno de los referentes en la colaboración entre investigación y aplicación a paciente y se encuentra ahora mismo al frente de una investigación espectacular de nanopartículas contra el cáncer de ovario.
Así es el proyecto de CRIS contra el cáncer de ovario
En la última investigación de CRIS destaca el uso de anticuerpos conjugados, algo excepcional contra el cáncer de ovario: «El uso de ADCs (anticuerpos conjugados a fármacos) está revolucionando la terapia de algunos tipos de tumores porque mejora la eficacia de los anticuerpos anti-tumor convencionales. La razón por la que estos agentes son mejores es porque son un fármaco doble. De hecho, los ADCs están construidos por anticuerpos frente al tumor que además llevan pegado otro fármaco, que normalmente es un citotóxico muy potente. Se usa el anticuerpo para poder usar a ese tipo de fármacos, que si se añadieran solos tendrían mucha toxicidad para el paciente», explica Atanasio Pandiella.
Este tratamiento en fase de investigación tiene unas ventajas increíbles respecto a la tradicional quimioterapia: «Al acoplar el citotóxico al anticuerpo se aprovecha la capacidad de este último de localizar a las células tumorales y entonces el fármaco solo es captado por dichas células. O sea, que el anticuerpo se utiliza como una especie de transporte para llevar un fármaco potente a la célula tumoral. Todo esto sin disminuir la propia eficacia antitumoral del anticuerpo. Por tanto, los ADCs por un lado conservan la acción antitumoral del anticuerpo a la que se suma la acción citotóxica del fármaco», concluye Pandiella.
Este esperanzador avance se encuentra en sus primeros pasos, y la Fundacion CRIS contra el cáncer ha querido apoyar al equipo de Alberto Ocaña y Atanasio para poder llegar a su aplicación clínica lo antes posible, un horizonte lejano pero muy esperanzador: «De momento no se ha aprobado para uso en clínica ningún ADC para el tratamiento del cáncer de ovario porque todavía desconocemos cuáles pueden ser las moléculas del cáncer de ovario contra las cuales usar ADCs. Y aquí entra en juego la Fundación CRIS. Nosotros propusimos un proyecto de investigación para precisamente descubrir qué proteínas celulares pueden ser atacadas en cáncer de ovario, y la Fundación CRIS mostró interés en esta idea innovadora y ha decidido apoyarla económicamente. Esto supone un paso adelante importante que los distingue de la quimioterapia convencional, que suele tener efectos secundarios», destaca Atanasio.
