Dentro de #CRISTeCuida, el proyecto pionero de CRIS centrado en la prevención de cáncer para promover que las empresas introduzcan hábitos saludables entre sus empleados, recientemente lanzábamos el Oncosaludómetro.
El objetivo del Oncosaludómetro, una herramienta basada en evidencias científicas, y que ha recabado datos sobre los hábitos saludables de más de 2.622 personas, es concienciar a la gente del impacto que tienen los hábitos de vida en la salud y ayudar a los participantes a tomar decisiones que disminuyan sus posibilidades de desarrollar cáncer.
En este sentido los primeros resultados, centrados en analizar cómo es la alimentación de los españoles y qué deben mejorar para evitar ciertos tipos de cánceres, la alimentación es el hábito que más impacto tiene en la salud, muy por delante, incluso que, del tabaco, uno de cada 3 cánceres puede deberse a una mala alimentación.
La Dr. Emilia Gómez Pardo, doctora en Bioquímica y Biología Molecular y Máster en Nutrición y creadora del Oncosaludómetro junto a CRIS contra el cáncer, asegura que “de las 5 variables que hemos analizado, la que presenta más oportunidad de mejora es la alimentación. Solamente un 30% de los participantes, podría decirse que llevan una alimentación sana y por tanto presentan una fuerte protección contra todos aquellos tipos de cánceres relacionados con un patrón insano. El Fondo Mundial para la Investigación en cáncer asegura que uno de cada 3 cánceres se podría evitar con un peso saludable, una alimentación sana y una vida activa”, y añade: “es por ello, y a la vista de los resultados que junto a CRIS contra el cáncer hacemos un llamamiento a la población para que se conciencie de que cambiando estos hábitos se puede prevenir el cáncer, y que el cambio está en sus manos”.
Una amplia y consolidada evidencia científica sostiene que llevar un estilo de vida saludable y cumplir con las recomendaciones de las instituciones de referencia, evita entre un 30% y un 50% de casos de cáncer.
RESULTADOS DEL ONCOSALUDÓMETRO: (2.622 de encuestados)
La herramienta de CRIS ha desvelado que el 70% de los encuestados deberían de mejorar su alimentación, basándose en el estudio del consumo de: frutas y verduras, cereales integrales, carne roja, carnes procesadas, bebidas azucaradas y alimentos procesados.
Otro de los datos llamativos que se desprende del Oncosaludómetro, es que hay un 73% de los españoles que no cumple con el objetivo marcado por la OMS y entre estos un 10% se encuentra en situación de alto riesgo por su bajo consumo de frutas y verduras, y un 69 % que consume poco o nada cereales integrales. La Dr. Gomez insiste que es necesario incluir en la dieta estos alimentos protectores de la salud: “España ha sufrido una transformación nutricional en los últimos años muy preocupante. Hemos bajado considerablemente el consumo de frutas y verduras (un 40%) y el de legumbres (un 60%) y lo hemos sustituido por el llamado patrón occidental (por contraposición al termino geográfico de mediterráneo) en el que mayoritariamente se consumen productos cárnicos y procesados”, y añade: “Una ingesta alta de fibra podría disminuir los riesgos de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, hipertensión, diabetes y cáncer. Alcanzar la cifra recomendada te protege de padecer cánceres de alta prevalencia, como son el de mama y pulmón, y alcanzando la cifra de reducción del 20% en el caso de cáncer colorrectal.
Por otro lado, la herramienta afirma que el 40% de la población debe reducir el consumo de carne roja, más del 50% tiene que mejorar el consumo de carne procesada, un 30 % también tiene que bajar el consumo de bebidas azucaradas y el 50% debería quitar de su dieta los alimentos procesados. En este sentido, la Dr. Emilia Gomez Pardo asegura que: “Hay que tener muy presente que los ultraprocesados son productos muy pobres en nutrientes, normalmente altos en calorías y además con cantidades muy relevantes de sal, azúcar, harinas refinadas y grasas no siempre saludables. La razón para disminuir su consumo es que estos productos procesados contribuyen a la ganancia de peso y tienen además una estrecha relación con las enfermedades cardiovasculares y desde luego con el cáncer. La ciencia ha puesto encima de la mesa resultados que no podemos obviar: el incremento en su consumo es proporcional al incremento de padecer un cáncer de forma general y muy concretamente de mama”.