- La Unidad CRIS de Tumores Hematológicos del Hospital 12 de Octubre, a la vanguardia mundial beneficiando a pacientes oncológicos.
- Además, financia con 1.250.000 € el II Programa CRIS Excelencia con una línea que profundiza en mieloma múltiple para un nuevo método de diagnóstico.
“Estoy viva gracias a la investigación, es lo que ha hace que yo siga aquí más de 10 años después de mi diagnóstico”. Lola Manterola, diagnosticada de un mieloma múltiple en 2008, se sometió a un tratamiento innovador del Dr. Joaquín Martínez en el Hospital 12 de Octubre y convertirse en superviviente de cáncer fue lo que le motivó a fundar CRIS contra el cáncer “con el fin de acercar a la cama de los pacientes los tratamientos más innovadores y que tengan una segunda oportunidad como la que yo tuve”. Desde ese momento, CRIS ha destinado más de 21 millones de euros a la investigación, cuenta con más de 53 líneas de investigación abiertas y coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Mieloma presenta importantes novedades “Queremos ganar al cáncer, juntos podemos hacerlo”, subraya.
El mieloma múltiple supone el 10% de los tumores hematológicos. Aunque gracias a la investigación se ha duplicado la supervivencia en los últimos años, sigue sin haber un tratamiento curativo. Lograr tratamientos efectivos contra el mieloma múltiple es uno de las líneas principales de investigación de CRIS contra el cáncer desde la creación en 2011 de la Unidad HUNET-CRIS de Tumores Hematológicos en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, dirigida por el Dr. Joaquín Martínez, jefe de Servicio de Hemato oncológia del hospital, y es el foco principal de la investigación del Dr. Bruno Paiva con el II Programa CRIS de Excelencia dotado con 1.250.000€.
Grandes avances contra el mieloma múltiple
“La ayuda de CRIS contra el cáncer ha sido clave para que en estos 10 años hayamos podido acelerar la investigación, generado mucho más conocimiento y participado en el desarrollo de nuevos tratamientos que ahora son clave en la supervivencia de enfermos con tumores de sangre”, explica Joaquín Martínez, que cuenta con orgullo cómo la Unidad CRIS tiene más de 130 ensayos clínicos en marcha y ha realizado más de 250 desde su creación.
“Hemos participado en el desarrollo de nuevas terapias como los anticuerpos monoclonales y las hemos podido ofrecer a nuestros pacientes para que se beneficien de ellas. Ahora mismo son un tratamiento clave en el mieloma múltiple”, subraya. “También hemos trabajado en el desarrollo de nuevas terapias avanzadas como el uso de células modificadas genéticamente frente al cáncer, un campo en el que somos pioneros a nivel mundial. Tenemos una línea que CRIS está apoyando muchísimo que es el desarrollo de nuevas células como las células NK -Natural Killer- modificadas genéticamente para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda y el mieloma múltiple. También hemos trabajado en el desarrollo de nuevas herramientas de pronóstico y diagnóstico como los test de enfermedad mínima residual basada en pruebas genéticas de nueva generación, otro campo en el que también somos pioneros”, enfatiza el jefe de la Unidad CRIS del Hospital 12 de Octubre.
Referencia mundial en la aplicación del parámetro EMR para anticiparse a recaídas
Para estar a la vanguardia, la Unidad CRIS del 12 de Octubre busca mejorar las terapias celulares actuales (CAR-T) con terapias celulares poniendo el foco en las células Natural Killer, más seguras y con menos efectos secundarios con respecto a los CAR-T, gracias a una ambiciosa estrategia de investigación. En estos momentos trabajan para potenciar su actividad, lograr que permanezcan activas durante más tiempo combatiendo los tumores y ha puesto a punto un método propio de cultivo que potencia la duración de las células NK y su eficacia con una memoria inducida la segunda vez que se enfrentan a una misma amenaza que puede ser clave en la lucha contra las recaídas.
En su decidida apuesta por la investigación, la Unidad CRIS no solamente trabaja en terapias celulares y cabe destacar dos importantes avances como posibles dianas terapéuticas: la mitocondria y la proteína HNRNPK, que podría jugar un papel importante en el desarrollo de tumores de la sangre como el mieloma.
Las mitocondrias son las centrales energéticas de las células y a medida que los mielomas avanzan y progresan, el número, tamaño y actividad de las mitocondrias aumenta. Según ha publicado el equipo del Dr. Martínez en la revista internacional ‘Cancers’, se puede combinar un fármaco con una terapia habitual para atacar las mitocondrias de forma muy efectiva. Además, analizando el tamaño y número de las mismas podríamos estar ante una nueva y eficaz prueba predictiva de si los pacientes van a empeorar.
La importancia de la Enfermedad Mínima Residual
Dos de los grandes retos al tratar las enfermedades hematológicas consiste en estar seguros de que el tratamiento ha eliminado completamente las células tumorales y ser capaces de anticiparnos a la aparición de recaídas. En este contexto, la enfermedad mínima residual (EMR) es el término empleado para describir la pequeña cantidad de células cancerosas que permanecen en el cuerpo después de que el tumor responda al tratamiento. La detección de EMR sirve a los hematólogos para evaluar la eficacia del tratamiento y es un indicador de qué pacientes corren el riesgo de sufrir una recaída. También puede confirmar que un cáncer está realmente en remisión e identificar la reaparición precoz de la enfermedad hematológica maligna, que va a permitir el cambio de línea de tratamiento.
El laboratorio del Dr. Joaquín Martínez es referencia mundial en la aplicación de este parámetro para anticiparse a las recaídas. “Muchos de los esfuerzos que está realizando nuestro laboratorio y que se han publicado están enfocados a demostrar el verdadero impacto pronóstico de la EMR en mieloma múltiple, es decir, si su negativización es el mejor predictor independiente de la supervivencia del paciente frente a otros precedentes hasta la fecha”, explica Dr. Antonio Valeri, del equipo de investigación del Dr. Martínez. Desde hace años trabajan en intentar lograr una máxima sensibilidad para lograr detectar la más mínima señal de células tumorales en el organismo de los pacientes de mieloma, ya que la detección o no de estas células “va a ser la base para establecer el criterio de “paciente curado”, sobre todo en la era de los nuevos tratamientos con inmunoterapias”, apunta.
Un nuevo método diagnóstico temprano que salvará vidas
En paralelo a las distintas líneas de la Unidad CRIS del Hospital 12 de Octubre, el Dr. Bruno Paiva (Clínica Universidad de Navarra), gracias al II Programa CRIS Excelencia que cuenta con una aportación de 1.250.000€ en cinco años, profundiza en la investigación del mieloma múltiple. Desarrollará un proyecto centrado en tumores hematológicos en la Clínica Universidad de Navarra. Pondrá en marcha un estudio multicéntrico que estudiará a 5.000 pacientes con gammapatía monoclonal de significado incierto, una patología benigna que generalmente no avanza, pero que en algunos casos puede ser la antesala de enfermedades como el mieloma múltiple.
El objetivo del proyecto consiste en comprender cuándo y por qué se produce esa transformación desde las fases previas a tumores incurables como el mieloma múltiple, linfoma linfoplasmocítico o la amiloidosis. Con la información obtenida se desarrollará un método diagnóstico aplicable en el día a día de los laboratorios hospitalarios, que permitirá identificar de manera muy temprana e individualizada a los pacientes con riesgo de progresar a un tumor o de desarrollar infecciones severas, algo que salvará muchas vidas.
Investigación contra el mieloma sin fronteras
Otro de los proyectos que CRIS contra el cáncer tiene en marcha en Mieloma Múltiple se lleva a cabo en el Institute of Cancer Research, en Londres (Reino Unido), de la mano de la Dra. Charlotte Pawlyn. Su objetivo consiste en estudiar los mecanismos de resistencia a IMiDs (fármacos inmunomoduladores), los tratamientos más habituales contra el mieloma. El estudio es fundamental para lograr que los tratamientos contra el mieloma sean más eficaces, especialmente para los pacientes con tumores resistentes a las terapias convencionales.