Isabel Mendizábal ha sido galardonada con el Programa CRIS Talento Post-Doc 2020 con una dotación de 400.000 euros durante los próximos 5 años con su proyecto contra el cáncer de próstata. Desde el CIC BioGUNE de Bilbao, la Dr.a Mendizábal trabajara con la tecnología más puntera para analizar tumores de próstata y mejorar su tratamiento.
El cáncer de próstata avanzado es la segunda causa de mortalidad por cáncer en varones. Generalmente, la causa de la muerte de estos pacientes es la aparición de metástasis, contra las que los tratamientos suelen ser poco efectivos. La compresión de los mecanismos de las metástasis, no obstante, es compleja. Los tumores no son homogéneos, no todas las células tumorales son iguales, presentan múltiples alteraciones, y no está clara la cascada de procesos que hace que unas células anormales creen una metástasis.
Por lo que en esta investigación se utilizará un enfoque totalmente novedoso para comprender este proceso. Partiendo de una gran cantidad de información sobre tumores localizados y tumores metastásicos, utilizará técnicas computacionales para trazar la evolución de las células tumorales hacia células metastásicas, hasta comprender cuáles son las causas originales que desembocan en que un tumor se disemine. Los beneficios de este conocimiento serán decisivos por: se podrá determinar de manera temprana qué pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar metástasis y tratarlos adecuadamente; además, se podrán diseñar terapias dirigidas contra los mecanismos concretos que hacen que los tumores empiecen a metastatizar.
Identificar la agresividad tumoral cuanto antes
“Hasta ahora ha sido muy difícil identificar qué hace que un tumor sea agresivo en comparación con otro que no lo es debido a esta evolución larga. Entonces, lo que proponemos en este proyecto es investigar tumores que tiene una evolución mucho más acelerada, de manera que en poco tiempo desarrollan una agresividad muy alta. Propones identificar esos marcadores de agresividad en estos tumores que evolucionan muy rápido para poder luego aplicarlos en la práctica química a los otros tumores lentos, de manera que los clínicos a la hora de hacer el diagnóstico puedan saber, que ese tumor que ahora mismo, no se sabe si evolucionará hacia agresividad o no agresividad pueda tomar la decisión de, por ejemplo, si tiene esos sensores que hemos identificado indican si ese tumor va evolucionar hacia agresividad, puede aplicar un tratamiento más agresivo que otro”, explica la investigadora.